El estilo y el género no son lo mismo, aunque puede
existir cierta transversalidad en el concepto.
Mientras que el género juega puramente con la
estructura, el estilo es lo que diferencia a un autor del otro, y un estilo puede
reunir muchos géneros.
El estilo de redacción es personal, tanto que se
llega al punto que es imposible que una persona copie a la perfección el estilo
de la otra, casi como si se tratara del documento de identidad.
Así, muchos escritores imitan el estilo de redacción
de otros, inclusive siguiendo recomendaciones de “ los grandes”:
“Cree en un maestro —Poe, Maupassant, Kipling,
Chejov— como en Dios mismo” decía Horacio Quiroga en el punto número uno de su
Decálogo para el perfecto cuentista.
Y no fue el primer narrador que propuso seguir a
alguno de sus inspiradores para poder, sobre sus pisadas, ir construyendo su
propio estilo de redacción.
Así, en primera o en tercera persona, en un mundo de
fantasías o con los datos más cercanos a la realidad, escribiendo en prosa, o
rompiendo todas las leyes gramaticales, contando sobre su experiencia personal
o imaginando a los personajes más inverosímiles, la mejor forma de conocer los
estilos de redacción es leyendo y releyendo a los autores y encontrando ese sello
personal que los hizo tan especiales.